Llegué a Annecy por casualidad y hoy te la presento como uno de los pueblos más bonitos que he visitado hasta ahora. Si quieres conocer mi historia y saber todo lo que puedes hacer y ver en Annecy, sigue leyendo.
Información actualizada en 2024
Directo al grano
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Durante un viaje improvisado a Ginebra, conocí uno de mis lugares favoritos hasta la fecha. Mientras se acercaba la Navidad, buscaba vuelos para volver a casa desde Londres, y cuando se me presentó la oportunidad de hacer escala en Ginebra para llegar a Barcelona, no me lo pensé dos veces. Visitar una ciudad nueva sola, ¡como para pensárselo dos veces!
Decidí alojarme en Ornex, Francia, en una habitación con vistas a la montaña desde donde se veía el amanecer… La cosa no podía empezar mejor.
Ferney Voltaire
Ornex era una localidad algo alejada de la ciudad de Ferney Voltaire, a 2 km del aeropuerto de Ginebra, cuidad donde el filósofo Voltaire pasó escribiendo algunas décadas de su vida. Su principal atractivo es el palacio donde vivía, el Chateau Voltaire, además de una quesería riquísima donde re-descubrí mi pasión por el queso Gruyère.
Merece la pena acercarse al Chateau, ya que el camino está bordeado de árboles y vistas a la montaña, el cual desemboca en los agradables jardines del castillo.
Esta vista me transportó sin avisar a Manderley, la mansión donde vivían los protagonistas del libro que llevaba bajo el brazo. Dafne du Maurier describe la mansión de Max y Rebecca como un edificio majestuoso al que se llega a través de una pista rodeada de vegetación, en la costa francesa. Ese recuerdo literario me obligó a sentarme bajo un árbol, a pesar del frío, y leer hasta que casi se hizo de noche.
Al día siguiente, la densa niebla matinal aumentaba conforme el lago de Ginebra se aproximaba, por lo que no era un buen día para contemplar monumentos. En la oficina de turismo me decidí por conocer un pueblo de los Alpes franceses. El viaje a Annecy a través de la montaña en autobús junto a colegiales no duró más de una hora.
Un día en Annecy, una villa de cuento
Al descender del autobús me maravillé al ver al fondo de la ancha calle un mar de agua con algún perfil montañoso. Me dirigí hacia allí, dejando a mis espaldas villa medieval de Annecy.
Lo que descubrieron mis ojos me hizo sonreír. No creía que pudiera haber llegado allí por casualidad y que podría no haberlo conocido nunca. Una llanura verde intenso, los Jardines de Europa y más allá los Camps du Mars cortados por una masa azul: el lago Annecy, aquel con las aguas más puras de Europa. Al acabar el lago, se alzaban los Alpes. Sentada en el embarcadero observando las montañas alpinas de Bauges y Bornes, experimenté una sensación de paz difícil de explicar.
Pasé allí lo que quedaba de mañana, leyendo Rebecca, comiendo en la hierba y disfrutando del sol de invierno.
Con el mapa en una mano y la cámara colgada al cuello dejé a mi espalda el lago, y caminé sobre el puente de los Amores que cruzaba el canal. El canal de un lado desemboca en el lago, y de otro se adentra en la villa formando pequeños bulevares de agua.
Antes de adentrarme en la ciudad, callejeé por los pasajes improvisados que formaban los puestos del mercadillo navideño. Allí calenté el estómago y las manos con un vino dulce caliente y pastas de miel.
Annecy es encantadora: casitas con fachadas de color pastel, ornamentadas con madera, los canales cruzados por preciosos puentes, las orillas floreadas, las calles peatonales empedradas y el castillo que se impone desde lo alto. No sin razón, algunos llaman a esta villa «La Venecia Alpina«o «La Venecia de Saboya» (región francesa de la que Annecy es la capital). Un edificio especialmente singular es el palacio de la isla (antigua prisión).
Después de comprar unos dulces y hacer muchas fotos, de vuelta en Ginebra, pasé largo rato en las Naciones Unidas contemplando el monumento de la silla.
Sede de las Naciones Unidas en Ginebra
Espero que hayas disfrutado de esta visita a Annecy. Ahora que ya sabes que ver y hacer en Annecy, solo tienes que hacerle una visita. Si no quieres complicarte la vida, puedes contratar una excursión para visitar Annecy desde Ginebra, tú eliges. ¡A volar!
4 Comentarios
Qué bueno cuando descubres lugares que no estaban en los planes. Me ha parecido una buena visita y Annecy tiene buena pinta 🙂 Lo que no sabía es lo del Palacio Voltaire!!! Muchas gracias por el dato, anotado ya en mi lista de imprescindibles.
Un abrazo,
Maruxaina
¡Hola Maruxaina! Me ha gustado releer este artículo tras tu comentario… La verdad es que llegué de casualidad, era además mi primer viaje sola… Y no pude sorprenderme más, ¡por todo! De hecho este mismo junio volví a Annecy, esta vez en verano, y no me he podido reenamorar más. Es un lugar tan maravilloso… ¡Tienes que ir! Gracias por leerme. Un abrazo.
Estuve en Annecy hace 13 años ya, que se dice poco! Yo también llegué allí casi por casualidad. Fui a pasar unos días a casa de una conocida en Grenoble y ella me dijo que, sí o sí, tenía que visitar Annecy. Tenía razón. Como tú dices, también es uno de los pueblos más bonitos que he visitado. ¡Qué recuerdos!
¡Pues sí que ha llovido desde entonces! La verdad es que mi visita también fue hace ya 5 años… Quiero decir, la primera 😉 Después he vuelto dos veces, y cada vez me gusta más. Qué recuerdos me trae a mi también… Annecy para mi es un pueblo de cuento, siempre me atrapa entre sus porches de madera, puentes medievales…